Por Daniel Ibañez, arquitecto y urbanista. Doctor en Diseño en Harvard GSD y director del IAAC.
Frente a los grandes retos climáticos, volver la mirada a las lógicas de la naturaleza y sus relaciones de circularidad ha sido una fuente de inspiración para la arquitectura que busca soluciones sostenibles y eficaces para la creciente población mundial. Se calcula que para el año 2050, diez mil millones de personas habitarán, sobre todo, los espacios urbanos, de modo que se van a requerir unos 500 millones de viviendas nuevas en las ciudades.
A esta realidad se suma el hecho de que es urgente reducir las emisiones de CO2 que son responsables, en buena medida, del calentamiento global y la consecuente pérdida de biodiversidad, entre otros problemas.
¿Cómo compaginar ambos desafíos desde el punto de vista arquitectónico? Una de las soluciones más viables pasa por construir viviendas, edificios e incluso, rascacielos con el material de la construcción del futuro, la madera ingenierizada.
Proveniente de bosques sostenibles, la madera de ingeniería masiva o Mass Timber, es un material de construcción con integridad estructural mejorada, es decir, que ha pasado por un proceso industrial para entregar un producto apto para su utilización en vigas, columnas, paredes o cualquier otra estructura.
En la actualidad, el hormigón es uno de los materiales más utilizados en construcción a nivel mundial pero contribuye un 8% a las emisiones globales de CO2. En términos comparativos, producir una tonelada de cemento para construir un edificio emite 25 veces más CO2 que una tonelada de madera. Y esta es solo una de las muchas ventajas que ofrece este material.
Por primera vez en más de un siglo tenemos a nuestra disposición una serie de materiales estructurales para la construcción que además provienen de un recurso natural y renovable como las plantaciones forestales.
Esto nos permite ver crecer una y otra vez los materiales en vez de extraerlos. Es una gran oportunidad para construir una nueva generación de edificios que hasta la fecha alcanzan los 85 metros de altura, como la torre Mjøstårnet que se encuentra en Brumunddal, Noruega.
Las ventajas de un material ancestral
El interés por la madera ha resurgido gracias a una nueva generación de productos altamente ingenierizados como los paneles de CLT por su denominación en inglés Cross Laminated Timber o madera contralaminada.
Se ha demostrado que un panel de CLT es más grande, más consistente y resistente que un árbol, pero hay muchos más beneficios que podemos destacar:
- Está comprobado que la construcción con CLT puede ser entre un 25 y un 30% más rápida y más limpia al generar muy pocos residuos y suponer menos riesgos para los trabajadores.
- La implicación del equipo arquitectónico en obra es mucho mayor porque no solamente se encarga de hacer los trazados y planos del edificio, sino que pasa a ser parte activa del proceso de construcción y gestión de la obra coordinando como un coreógrafo el baile perfecto de piezas prefabricadas en madera.
- Este material permite, además, el uso de nuevas herramientas de fabricación digital como los robots para desarrollar casi cualquier cosa con cualquier forma.
- Aunque hoy en día la construcción en madera representa un porcentaje muy muy bajo, hay un mercado emergente enorme y se van a requerir arquitectos expertos en tecnología y construcción en madera ingenierizada.
Sorigué incursiona en la construcción con madera
Consciente de la contribución de este material a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Sorigué incursiona en técnicas de construcción con CLT en dos proyectos para el Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación (IMHAB) del Ayuntamiento de Barcelona.
Uno de ellos, ubicado en el barrio La Verneda de la ciudad será, arquitectónicamente hablando, diseñado por Urbanitree (Daniel Ibañez + Vicente Guallart). El edificio contará con 40 viviendas distribuidas en 9 plantas, transformándose así en el edificio de madera más alto construido hasta ahora en Catalunya.
Con una superficie total construida de 3.377m2, esta obra se estructura a partir de un patio común que asegurará el confort térmico y la ventilación y además, constará de pérgolas de energía solar y placas fotovoltaicas en el terrado.
Los pilares de hormigón de la planta baja permitirán configurar un espacio público de uso común y, a partir de la primera planta, el edificio se hará íntegramente en paneles de CLT en un proceso eficiente desde el punto de vista ecológico por el consumo prácticamente nulo de agua y la mínima generación de residuos.
Junto al equipo de Edificación de la empresa, durante este año 2023 tendremos el honor de presentarlo a la ciudad.