En la Alhambra somos mucho más que un servicio de limpieza y mantenimiento

Por David Reyes Martín, responsable de Servicios en la Alhambra.

Discreción, constancia y coordinación son las claves para el buen funcionamiento del servicio de limpieza y mantenimiento de exteriores de la Alhambra y el Generalife. Un trabajo que contribuye a proteger este conjunto monumental, Patrimonio de la Humanidad y que, además, responde a las particularidades del entorno. Con varias unidades de vegetación, este singular paisaje es rico en biodiversidad, así que la gestión de su fauna es una de las tareas que nos han encomendado.

Abierto durante 363 días al año, el Conjunto Monumental recibe una media de 8.000 visitantes diarios, de modo que es fundamental coordinar continuamente la planificación de tareas y la organización del personal para pasar desapercibidos e incidir lo menos posible en el buen desarrollo de las visitas. El trabajo consiste en hacer la limpieza, gestionar la fauna y atender las incidencias que se generen en ambos ámbitos.  

Aves rapaces para ahuyentar palomas 

La actuación más destacable e interesante del servicio es el control de la población de palomas torcaces. Durante la temporada invernal estas aves migratorias vuelven a los bosques de la Alhambra causando daños considerables a los monumentos y al mobiliario urbano con sus excrementos y destruyendo los cultivos de los huertos.  

Un equipo liderado por dos cetreros realiza las tareas de control mediante aves rapaces como águilas de Harris, halcones, búhos y azores. Como recurso innovador también se hace uso de un dron, de modo que la cetrería tradicional se combina con la tecnología para hacer vuelos periódicos y constantes a través de todo el Conjunto Monumental. Según la hora del día y la finalidad de cada vuelo (ahuyentar o capturar) se emplean diferentes rapaces para evitar la entrada de las palomas al conjunto después de su alimentación. 

En determinadas épocas del año la presión sobre las palomas aumenta y se realizan vuelos simultáneos de rapaces y dron. Las aves pasan bajo el dosel de los árboles, mientras que el dron sobrevuela la parte superior causando tal desconcierto a las palomas, que deben buscar nuevas ubicaciones o dormideros fuera de los bosques del Conjunto Monumental. 

Estas actuaciones añaden un atractivo tanto para el servicio, como para el Conjunto Monumental al tratarse de un espectáculo particular para los visitantes, quienes muchas veces nos preguntan por qué no sacrificamos a las palomas mediante armas de fuego o por qué no se utilizan otros métodos para ahuyentarlas. La respuesta es sencilla, tenemos que ocasionar las menores molestias a los visitantes y evitar cualquier maltrato animal por la emisión de sonidos con altos decibelios como cohetes o disparos. 

En apoyo a la cetrería, en el servicio contamos con cuatro jaulas móviles para la captura de palomas zuritas. Su ubicación depende del número de capturas controladas cada semana y, una vez retenidas, las aves son entregadas al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas, CREA de la Junta de Andalucía.  

Control de gatos, jabalíes y abejas 

Los 62 gatos ferales que viven en los alrededores de la Alhambra conforman una colonia protegida por el proyecto CER del Patronato. Más conocidos como los “otros leones”, estos felinos reciben alimentación diaria y son desparasitados y controlados por el personal de fauna del servicio. Mediante lectores de microchips y fichas descriptivas que incluyen fotos, características morfológicas y comportamientos más destacables de cada ejemplar, el personal conoce mejor la colonia y contribuye a su conservación.  

Por otra parte, una de las actuaciones más complicadas de nuestro trabajo es el control de la población de jabalíes dentro del Conjunto Monumental. Esta tarea se realiza, íntegramente, durante las horas de cierre del Monumento por lo que el esfuerzo requiere coordinación de medios y, sobre todo, disponibilidad de tiempo. Se trata de capturas puntuales en jaulas mediante señuelos y cámaras de foto trampeo que facilitan el rastreo de los movimientos de los animales. 

En cuanto a los insectos, es importante destacar que el control de abejas dentro del recinto requiere un mayor conocimiento y atención por parte del personal porque dichas colmenas pueden provocar daños a los frisos de madera localizados en diferentes puntos del Conjunto, especialmente varias intervenciones en el Templete del Patio de los Leones. Una vez retiradas, las abejas son reubicadas en huertas y zonas cerradas al público para que no supongan ningún peligro para los visitantes ni daños a los monumentos. 

En conclusión, la limpieza y mantenimiento de espacios exteriores de la Alhambra y el Generalife es un servicio particular tanto por el cliente como por el entorno. Una labor que va mucho más allá de los cuidados habituales de un recinto abierto al público porque se trata de un monumento nacional, Patrimonio de la Humanidad y porque a su alrededor hay especies animales que requieren una especial atención. Numerosas intervenciones que dependen de nuestra prudencia y capacidad de reacción para impedir el cierre parcial o temporal de cualquier zona dentro del Conjunto. 

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