Por Anna Garcia, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de Sorigué
Tan dinámicas y vitales como las personas que las componen, las empresas deben establecer sus propios mecanismos de comunicación para asegurar confianza, transparencia y eficacia en el intercambio de información y en la transmisión de valores comunes.
Como hilos vertebradores, estas estrategias van tejiendo una conexión en apariencia intangible, pero capaz de garantizar la salud interna de la organización. Porque está comprobado que el bienestar es un elemento decisivo en la capacidad de resiliencia corporativa.
Prestar atención a cada uno de los componentes de la comunicación interna permite tomar decisiones que influyen en los resultados globales y tienen un peso significativo en la productividad actual y el porvenir del negocio.
Para muchas empresas la necesidad de atender este mundo interior se asocia a etapas de incertidumbre y un buen ejemplo de ello es la reciente pandemia por Covid-19.
En aquel momento, la necesidad de priorizar la salud interna impulsó a muchas compañías a romper fronteras y atreverse a gestionar el valor de la comunicación interna como un factor determinante y con un peso demoledor para su supervivencia o su fracaso.
Y es que en ella influyen múltiples actores desde diferentes perspectivas como la gestión del talento, la responsabilidad social, los sistemas tecnológicos y la prevención de riesgos, además de un buen liderazgo.
Coherencia y perspectiva global
Sorigué inició este camino en 2011, en plena ola de consecuencias de la crisis financiera mundial. Desde que asumió su cargo como presidenta, Ana Vallés decidió crear un Departamento de Comunicación que garantizara una forma de hacer, un estilo y unos valores.
Esta apuesta por un equipo propio que diera coherencia y perspectiva globales al grupo ha permitido trazar unos objetivos que se han visto reflejados en la unificación de marca, la creación de una identidad única y el sólido posicionamiento externo.
En una segunda fase Sorigué no solo había aumentado su plantilla pasando de 1.500 personas en 2011 a 3.500 en 2018, sino que había diversificado sus actividades y se había expandido territorialmente.
Este crecimiento obligó a dar prioridad al reto de gestionar de forma estratégica la comunicación interna. Un trabajo que ha tenido como gran exponente la creación del primer “centro de trabajo digital” de toda la compañía.
Llamada Cian en referencia al color corporativo, esta red interna de comunicación fue lanzada en 2020, en plena crisis global. Aunque el proyecto llevaba ya dos años en la cocina, la pandemia obligó a acelerar y adaptar esta herramienta para erigirse como un salvavidas más en aquella etapa de miedos personales, distancias sociales y mucha incertidumbre.
Desde un principio ha funcionado como elemento vertebrador, como principal punto de información y de unión para el 100% de la plantilla, tanto para el personal en oficina como en obras o servicios.
Este pasado mes de junio, Cian obtuvo el premio Nielsen Norman 2022, un reconocimiento que ha destacado su capacidad para conectar a las personas, su diseño, su capacidad técnica y gobernanza.
Ser considerada entre las diez intranets más importantes del mundo, supone una recompensa al esfuerzo de la compañía en estos últimos diez años por conseguir que la comunicación interna sea un valor real y, además, es un impulso para continuar con el compromiso de la dirección y la implicación de todas las áreas y departamentos del grupo.
En la actualidad, con casi 5000 personas en plantilla, la apuesta de Sorigué por la comunicación interna sigue siendo un elemento diferencial y de gran valor para su estrategia. Un factor fundamental para dar respuesta a futuros escenarios de incertidumbre pero también para anticiparlos, preverlos y estar preparados.